En este artículo te daré una de las recetas más simples para ayudarte a mantener durante más tiempo tus vibraciones altas.  Porque, ¿Cuál es el secreto para ser creadores deliberados?  ¿Para manifestar más cosas que deseamos y menos cosas de las que no deseamos? ¿Para explotar a nuestro favor la ley de atracción?

El secreto consiste en mantener durante más tiempo nuestras vibraciones altas.

La manifestación es responsabilidad del Universo, de nuestra fuente, del Universo.  La petición (paso 1) es algo sobre lo que no tenemos control.   En el instante en que vivimos el contraste, sin saberlo siquiera, estamos haciendo la petición al Universo y en el mismo instante éste nos responde vibratoriamente. (ver Pasos de LOA)

Así que lo único que cae dentro de nuestra responsabilidad para poder gozar de las manifestaciones que deseamos es el tercer paso de LOA: recibir.  Para poder recibir lo que pedimos -y que el Universo está poniendo a nuestra disposición- debemos de estar en el estado de recepción.  También llamado estado de alineación.  Debemos de estar en un nivel alto de emoción positiva, como interés, optimismo, pasión, amor, felicidad.  (ver escala emocional)

Equilibra tu balanza emocional

Lo que debemos de buscar es mantener la balanza de nuestras emociones cada vez más del lado de las emociones positivas que del lado de las negativas.   Solemos sobre evaluar nuestras emociones, por ejemplo pensando: “La mayor parte del tiempo estoy feliz, debería entonces de tener más manifestaciones positivas“.

Si eso fuera cierto, se reflejaría en tu realidad, es Ley.  Si pasaras la mayor parte de tu tiempo en el lado de las emociones positivas, la mayor parte de tus manifestaciones físicas se sentirían bien.  Si no está ocurriendo así, entonces tienes más pensamientos de resistencia -emociones negativas- de las que quieres aceptar, o de las que eres capaz de reconocer.

Normal vs Feliz

No confundamos las emociones que sentimos y solemos calificar como “normales”, con emociones positivas.   Normal sentimos las emociones a las que estamos acostumbrados.  Porque traen impulso, inercia, momentum; estamos acostumbrados a ellas, a tener pensamientos que nos mantienen en un mismo nivel de la escala emocional.  Estamos tan acostumbrados a ello y estamos tan desensibilizados en nuestras emociones, que pensamos que eso es lo normal, a lo que debemos de aspirar.

Muchos quizás no hemos probado lo suficiente, los niveles más altos de la escala emocional, como el amor incondicional o la verdadera felicidad.  Y por eso no es algo que extrañemos o aspiremos.  Y seguimos creyendo que el nivel en el que nos mantenemos está bien, porque es donde hemos estado la mayor parte del tiempo.

¿Sabes por qué se siente normal esa emoción? Porque es el camino de la menor resistencia para nosotros, dado el impulso que tenemos en cierto tipo de pensamientos y emociones.  Porque la Ley de Atracción se encarga de que lo más fácil sea mantener pensamientos en el mismo nivel en el que nos hemos encontrado durante tanto tiempo.

LOA también puede ser tu enemiga

La Ley de atracción no es tu amiga o tu enemiga, sino que actúa dependiendo del tipo de emociones que tengas.   Tu verdadero amigo es tu ser interior, tu fuente, que te manda emociones negativas cuando estás alejado de tus mejores pensamientos, y te manda emociones positivas cuando estás avanzando hacia tus mejores pensamientos y manifestaciones.

Dios se comunica contigo por medio de tus emociones negativas cuando te estás acercando al infierno, y se comunica contigo con emociones positivas cuando te estás acercando al Cielo en la tierra.  Porque quiere que tengas una vida plena de dicha y amor incondicional llena de manifestaciones fantásticas.  Por eso debes amar cualquier tipo de emoción que tengas, pues es la voz de Dios que te está indicando si vas por el camino correcto o incorrecto. (ver Valora tus emociones negativas)

LOA está haciendo su trabajo y de forma “normal”, “natural” y “fácil” para ti, te está dando pensamientos, emociones y experiencias en el mismo nivel vibratorio/emocional en el que te has mantenido.  Por eso es fácil confundir lo normal con la felicidad.  Estamos tan acostumbrados a un cierto nivel de emoción que creemos que eso es la felicidad, pero no por ser lo más fácil significa que es lo mejor a lo que puedes aspirar.

Esto pasa porque durante nuestra vida aprendemos a ser menos sensibles, para “no salir lastimados”.

• “¡Los hombres no lloran!”, nos dice nuestro padre o la sociedad.
• “No vale la pena que sufras por eso”, nos dicen nuestros amigos con la mejor de las intenciones.
• “No seas chillón”, “No sean tan sensible”, “no seas exagerada”, “no es para tanto”,
• “Tienes que ser fuerte”, “Deja de llorar”, “no permitas que te vean llorando”, “no seas débil”.

Aprendemos a minimizar nuestras emociones, a acostumbrarnos a ellas, y a prestar más atención a lo que los demás desean y sienten, que a lo que nosotros deseamos y sentimos .

Todas esas enseñanzas y creencias apagan el regalo que Dios nos ha dado para encontrar el cielo en la tierra.  Desensibilizan nuestro GPS divino; el de las emociones.

Tenemos que aprender a escuchar mejor nuestras emociones.   Y dejar de pensar que una emoción negativa es algo malo.

No reprimas tus emociones

Porque en ese afán de negar nuestras emociones negativas, negamos también la posibilidad de grandiosas emociones positivas.  Tanto las emociones negativas como las positivas son maravillosas.  ¡Son el regalo de Dios!  Son la voz de Dios hablándonos y diciéndonos qué tan alejados estamos de sus pensamientos, de su mente, del cielo en la Tierra.

Diciéndonos qué tan alejados están nuestros pensamientos de los suyos.  Pues, nuestra felicidad está en la alineación de nuestros pensamientos con sus pensamientos, de nuestra mente con su mente, que en realidad es una sola, pero nos esforzamos en creer en que estamos separados, cuando nunca ha sido así.

Y entonces, ¿cuál es esa receta simple de la que hablaba al principio que puede ayudarnos a encontrar ese camino a nuestras mejores manifestaciones?

Con esta receta practicaremos más frecuentemente las vibraciones apropiadas que nos llevan en el camino correcto hacia la alineación, y por ende, hacia la manifestación de nuestros mayores deseos, conscientes e inconscientes.

Entre más tiempo te mantengas en un estado de emoción positiva (de alineación), más fácil será para ti mantenerte en ella.  ¡La práctica hace al maestro!  Y la alineación no es la excepción.  No importa el pretexto que utilices para lograr esa alineación.

He aquí el secreto más simple y efectivo

Después de todo este preámbulo, he aquí uno de los secretos más simples y efectivos para poder mantenerte alinead@ más tiempo durante el día.  Y por lo tanto, para incrementar tus manifestaciones positivas.

¡Agárrate de tu asiento!  No lo vas a creer, de tan simple.

Se trata simplemente de SABOREAR durante más tiempo las cosas.  Y no me refiero a saborear los alimentos, por lo menos no únicamente, sino de saborear tus experiencias y pensamientos agradables durante más tiempo.   Estoy usando saborear como sinónimo de disfrutar.  Estamos tan orientados a la acción física, que erróneamente hemos concluido que es una pérdida de tiempo el perdernos en nuestros pensamientos y emociones positivos.

“¡Deja de soñar y mejor ponte a trabajar!“, nos dice nuestra sociedad.  La cual premia a los trabajadores y juzga a los soñadores.

Evitamos dedicarle demasiado tiempo al “no hacer nada“. Evitamos dedicar demasiado tiempo a pensamientos ociosos que se sienten bien.  Al contrario, le dedicamos demasiado tiempo a pensamientos que se sienten mal.  A pensar en lo que no deseamos y que nos ha hecho sentir mal.   La depresión y el estress se han convertido en los males de nuestros tiempos modernos, y no es por otra cosa que por mantener nuestra atención en pensamientos negativos.

Hemos creído equivocadamente que podemos mejorar las cosas si le dedicamos nuestra atención a pensar en los problemas que nos aquejan, a nuestros problemas matrimoniales, de nuestra familia, de nuestra ciudad, de nuestra comunidad, de nuestro mundo.  Creemos que si pensamos en ellos lo suficiente, ¡se nos ocurrirá algo para resolverlo!

Pero, ¡es todo lo contrario! Entre más tiempo pases pensando en los problemas, más fuerte será el impulso de las vibraciones de esos problemas.  Y por lo tanto, se manifestarán más problemas en la misma frecuencia.

La solución a los problemas no está en la misma frecuencia vibratoria que los problemas.  Por lo tanto, pensar en ellos demasiado, sólo hará que la Ley de Atracción manifieste más de lo mismo en tu vida.

A veces pensamos en los problemas, y en el mejor de los casos realizamos acciones para intentar resolverlos.  Pero, estamos partiendo de pensamientos o vibraciones en el nivel del problema, no de la solución.  Por eso las acciones que realizamos para resolverlos muchas veces empeoran las cosas, en lugar de mejorarlas.  O se sienten como demasiado esfuerzo, nos dejan exhaustos, sin obtener los resultados que quisiéramos tener.

Las mejores ideas, soluciones, los mejores inventos, las mejores creaciones, las mejores composiciones y obras de arte, se nos ocurren cuando estamos en la regadera, en el baño, lavando los trastes, cortando el pasto, jugando con nuestra mascota, reposando, ejercitando, meditando.  No se nos ocurren cuando estamos obsesionados pensando en el problema.

¡La solución no está en la misma frecuencia vibratoria que el problema!

Uno de los mejores negocios que he desarrollado, se me ocurrió mientras estaba leyendo un libro en una hamaca.  Siendo que había invertido varios meses tratando de pensar en esa idea, sin ningún éxito.  Sólo necesité un momento de relajación para que LOA se manifestara en forma de inspiración.  17 segundos de deseo incondicional tiene más impacto -nos dice Abraham- que 2000 horas de trabajo.

¿Y esto qué tiene que ver con mi recomendación de SABOREAR las cosas?  A continuación lo explicaré.

Cuando haya algo que te cause placer, debes de mantenerlo en tu mente, en tus conversaciones, durante todo el tiempo que puedas, y más.

Identifica los momentos, comidas, situaciones, personas, conversaciones, chistes, videos, ideas, que te han hecho sentir bien, porque son un a potente gasolina para el motor de tus manifestaciones positivas.  Platica de ellos hasta que la gente se harte… y después… ¡sigue platicando de ello! No importa que la gente te critique.  Porque no se trata de ellos, se trata de la realidad que quieres en tu vida.

Sé que quieres tener grandes y maravillosas manifestaciones de tus deseos, y probablemente quieres compartir esas manifestaciones con tus seres queridos.  Irónicamente, tienes que dejar de pensar tanto en ellos, si deseas manifestar todo aquello que deseas compartir con ellos.  Porque es tu ser interior el que te dirá dónde están esas manifestaciones, no ellos.

Saborea tus recuerdos con tus fotos

A mí, por ejemplo, me encanta tomar fotos de mi familia.  Lo he hecho mayormente desde que nacieron mis hijas.  ¡Tengo miles y miles de fotos!   Lo que hago ocasionalmente es seleccionar las mejores, las que mejores recuerdos me traen, las que me hacen sentir mejor.  Y esas miles de fotos se convierten tan sólo en unas pocas decenas dentro de álbumes electrónicos.

Me encantan las fotos naturales e improvisadas, espontáneas, donde se refleja las diversión y la felicidad de mi familia.   No escojo las fotos donde la familia posa, a menos que se haya convertido en una foto divertida.

Y uno de mis ejercicios favoritos para saborear los recuerdos consiste en abrir esos álbumes electrónicos desde cualquiera de mis dispositivos cuando quiero ejercitar mis vibraciones.  En muchas ocasiones no lo hago porque quiera ver las fotos, sino con el firme propósito de alinear mis vibraciones.  De hacer un depósito vibratorio a mi cuenta de manifestaciones positivas.

Reviso lentamente cada foto, disfrutándola, recordando el momento, apreciando cada detalle, observo las sonrisas, intento contagiarme de la energía positiva del momento capturado en la foto.   En ocasiones veo cada foto por unos segundos, y en seguida cierro los ojos para tratar de revivir el momento en mi mente, de visualizarlo. Hasta sentir la sonrisa en mi cara, la energía en mi cuerpo, la diversión y satisfacción del momento.  Hasta sentir mi alineación, gracias al recuerdo del momento, e intento mantenerme ahí el mayor tiempo que pueda.  Por lo menos 17 segundos, que es el tiempo necesario para crear impulso en una vibración.  Aunque, 34 es mejor, 51 aún más, y 68 es perfecto.

Aclaro que este es un ejercicio personal que en lo personal me facilita saboreas mis recuerdos, pero cuando sugiero que saborees tus recuerdos no necesariamente tienes que valerte de algo más que tus simples memorias.

La diferencia entre la realidad y la fantasía

Los científicos han demostrado que el cerebro no distingue entre algo que está ocurriendo en este momento y algo que estás recordando, o incluso que estás inventando en tu mente.    Cuando viviste aquel momento satisfactorio elevaste tus vibraciones, viviste emociones superiores en la escala emocional.   Estuviste en las cercanías de tu vórtex, de tu alineación.   Acaso no es increíble que puedas practicar esa misma alineación sin necesidad de vivir otro nuevo momento, ¿tan sólo recordándolo?

Es como si te hubieras encontrado un billete de 100 dólares, y que lo pudieras gastar no sólo una vez, sino las veces que tú decidas gastarlo.  Con esos mismos 100 dólares puedes comprar toda la alineación que quieras.  Eso es lo que haces cuando revives en tu mente, en la intimidad, o conversando con alguien más, con respecto a ese recuerdo, y logras volver a sentir la vibración del momento.  No tenemos ni idea del inmenso poder que representa para tus manifestaciones el simple hecho de pensar de forma emotiva en tus recuerdos positivos.

Entre más momentos de alineación tengas en tu día, por ejemplo pensando en un recuerdo feliz, más ahorro vibratorio estarás haciendo.  Aunque, quizás ahorro no sea la palabra correcta. Inversión vibratoria sería un concepto más apropiado, porque es algo que te redituará grandes dividendos en tus manifestaciones.  Aún y cuando esos deseos manifestados parecieran no tener nada que ver con el recuerdo saboreado.  Es decir, el recordar la vez en que te divertiste jugando con tu familia en el campo podría ayudarte a manifestar una mejor salud, por ejemplo.

El Universo no olvida tus peticiones

Al Universo no le tienes que recordar lo que ya pediste.  Lo pediste por tu contraste vivido (por ejemplo cuando no tenías para pagar la renta) y el Universo ya respondió.   Lo que te corresponde es recibirlo, y se recibe mediante la práctica de tu alineación.  Y esa la consigues con cualquier pretexto que te haga sentir optimista, confiado, feliz, amoroso.  Puedes lograrlo platicando o recordando en tu mente momentos en que te hayas sentido optimista, confiado, feliz, amoroso.

Hazlo y estarás haciendo un depósito en tu cuenta vibratoria, el cual vale y produce más que muchas horas de trabajo o esfuerzo físico.

Una meditación para saborear tus emociones

Otra forma de saborear durante más tiempo tus emociones consiste en hacer un tipo de meditación, donde cierras los ojos, te relajas y recuerdas un momento en que sentiste amor, por ejemplo.   Al estar pensando en ese recuerdo, tratas de concientizar las sensaciones físicas de ese sentimiento de amor.   No importa que sea el recuerdo con un bebé, una mascota, tus hijos, tus amigos, tu pareja.   Y de ahí vas intensificando ese sentimiento.

Lo sientes en tu corazón, quizás, y vas visualizando o sintiendo cómo abarca todo tu cuerpo, y después abarca toda la habitación en la que te encuentras,  después imaginas que esa emoción –quizás como una luz o energía– abarca ahora toda tu casa, después todo el edificio, toda la colonia, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, el planeta y después se expande  a otros planetas, a toda la galaxia,  y a todo el Universo.   Entre más intenso lo sientas, mayor será la vibración que emitas.  !Habrás realizado un inmenso depósito en tu cuenta bancaria de vibraciones positivas!

No dejes de saborear

La siguiente vez que pruebes un platillo que te agrade, pases un momento divertido, vivas un momento que te haga sentir bien, o tengas una conversación que te levante el ánimo, intenta mantener en tu cabeza esa emoción, ese recuerdo, esa sensación, por el mayor tiempo posible.   Agrégalo a tu lista de experiencias agradables y recuérdalo, platícalo, todas las veces que te sea posible y mientras lo disfrutes.

La parte importante de todos esos ejercicios es la emoción, no el recuerdo o el tema.  No se trata de hablar de ello por hablar o tener un tema de conversación.  Lo relevante y valioso es sentir o revivir la emoción.  No importa el pretexto que pongamos para elevar nuestras vibraciones, al Universo le da igual.  Te responderá con esa misma vibración, le permitirás mostrarte dónde están todos esos obsequios que le pediste y que aún no habías encontrado.

Todos venimos a esta dimensión física a vivir una vida plena de dicha y felicidad. Todos, sin excepción, podemos obtenerla.  Lo único que nos impide lograrlo es la atención a los pensamientos equivocados.  Lo único que nos lo impide somos nosotros mismos; nadie más.

No son nuestros vecinos, compañeros de trabajo, pareja, padres o circunstancias los culpables de nuestras desgracias.  La felicidad o infelicidad no surge de ellos, surge de nosotros mismos y de la atención que decidamos poner a ciertos pensamientos.  Tenemos la ventaja que, al seleccionar pensamientos que se sientan bien, las circunstancias a nuestro alrededor cambiarán gracias a la Ley de Atracción, y entonces nos será aún más fácil mantener esa felicidad poniendo atención a esas nuevas circunstancias físicas que nuestros sentidos pueden percibir.

Porque, como dice Abraham: entre mejor se pone, mejor se pone.

Espero que hayas disfrutado y entendido este tema, y que te sea de mucho provecho para elevar tus vibraciones e incrementar tus manifestaciones intencionales y positivas.

Si te gustó, no olvides ponerme un comentario o saludarme aquí abajo.  Y si no lo has hecho, regístrate en el boletín para recibir los últimos tips para tener una vida llena de experiencias agradables al ser un creador deliberado de la ley de atracción.

El aprendiz de LOA

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